DISCURSOS DESDE OTRAS MATERIALIDADES
Wendy Castro es una artista que trabaja desde el silencio, sorteando retos, contratiempos y también asuntos de salud. Su día a día lo comparte entre la creación artística y la gestión cultural.
Actualmente,
viene liderando la asociación Mujeres Artistas Visuales Perú y la ONG ADECUSO
orientada hacia el desarrollo del arte, la gestión y la cultura en Huacho, su
lugar de origen. Asimismo, mantiene su actividad docente a través del dictado
de talleres de arte y capacitaciones y su labor maternal que la emprendió desde
muy joven.
Se formó
en la Escuela Superior de Bellas Artes “Macedonio de la Torre” de la ciudad de
Trujillo, lugar que le permitió convivir con artistas jóvenes quienes motivados
por el espíritu y la memoria de lo que fue la Bienal en dicha ciudad y lo que
promovió en su momento, asumieron un rol cuestionador del arte de su entorno llevado
hacia el ámbito de la creación, experimentación y discusión. Muchos de estos o
estas jóvenes participaron en las diversas versiones de la Bienal de Lima,
entre los años 1997 - 2002. Esa inquietud y efervescencia logró recoger Wendy
Castro en pleno proceso formativo.
Si
bien su especialización se produce en el campo de la pintura, su trabajo ha ido
de forma inquietante explorando e indagando otras materialidades, lo cual le ha
valido para mostrar las limitaciones de la pintura dentro de un academicismo
que no ha asumido las transformaciones culturales y sociales como parte de sus
procesos, por tanto, ha venido mostrando su desfase.
No
estoy en contra de la pintura, pero digamos, que, bajo el panorama de la historia
actual, son pocos los o las artistas que vienen llevándola hacia otros límites,
sea por sus temáticas como por sus propias visiones acerca de la idea de
pintura. Continuando con la labor de Wendy Castro reconocemos muchos referentes
en su trabajos que van desde su naturaleza temática o material, relacionándose con labores femeninas circunscritas al ámbito doméstico;
suman, también, los procesos y la forma visual que intrínsecamente se vincula
con la materia, todos estos factores se concatenan para construir un lenguaje
simbólico que articula su sentido con la estrategia integradora del espacio y
la interacción, consolidando su conceptualismo con cierto gesto poético, muchas
veces violento y otras, contagiándonos de la quietud y la melancolía.
Suma
de aprendizajes y habilidades es lo que podemos ver en cada muestra individual
de Wendy Castro, un camino iniciado a partir de su mundo doméstico tomado como
espacio de reflexión y análisis para la generación de sus discursos con fuerte
carga sensitiva y expresión. Recuerdo que en su primer proyecto individual
titulado “Mundo de Roxi”, puso en evidencia la situación desatendida de la
comunicación y las relaciones en el plano familiar y más aún, la vinculada con
la niñez, consecuencia que se alude a esta posmodernidad. Cajas-memoria con
elementos simbólicos y telas colgantes son partes constructivas de su reflexión.
Su
posición como artista proyectada desde la línea social fue tomando fuerza y
madurez en sus muestras siguientes: En “Inter/posición” inicia de manera
potente su experimentación con medios diversos, obteniendo resultados visuales
interesantes: fotos, textos, luces y mallas alámbricas. Elementos a través de
las cuales estructuraron el tema femenino de la muestra, haciendo hincapié en la
diferencia de géneros proyectada desde los discursos y estructuras patriarcales
sostenidas a lo largo de nuestra historia. Temas como la religiosidad y su
proyección cultural, la educación y la moralidad, las relaciones sociales y sus
prácticas cotidianas, fueron parte de dichas reflexiones.
En “Umbra”
es interesante la presencia de la sombra convertida en centro neurálgico de su
propuesta para tratar acerca de las formas represivas en que escondemos el miedo
y nuestras inseguridades, las cuales solemos hacerlas desde el camuflaje y
cuyas apariencias las proyectamos en nuestras relaciones e imágenes sociales.
Ya en “Praxis de una utopía”, su acercamiento al grabado se evidencia en el
empleo de la serigrafía, donde la imagen en alto contraste permite ir
presentando retratos de personajes de diversas culturas y regiones del país, en
algunos casos valiéndose de la yuxtaposición de siluetas en mallas impresas e
instaladas en cajas a modo de capas. A través de ella, su acercamiento al op
art, posibilita generar una movilidad óptica y una integración que refiere
al mestizaje que caracteriza a nuestro país y que es negada por muchos sectores
sociales. Las imágenes sensibles e inquietas convergen con el trasfondo de la
exposición, su interés de aludir a los problemas sociales, brechas raciales, conflictos
económicos, desigualdad educativa, crisis moral, entre otras situaciones
que conllevan a reconocer la condición frágil de nuestro Estado con respecto al
ideal utópico de patria y el reto pendiente que tenemos en proyección hacia la
construcción de una sociedad más justa, inclusiva, plural y descentralista.
En la “Insoportable
levedad”, el cuerpo es el eje central del proyecto artístico asumido como referencia
de la fragilidad, transparencia y volatilidad. Representaciones del cuerpo
femenino se instalan y desplazan en todo el espacio de la sala, de manera
invasiva, incorporando categorías de tiempo, espacio y memoria. El cuerpo como
silueta, sea de perfil o de forma frontal, asume su rol de signo lingüístico para
expresar más allá del erotismo y sensualidad, un discurso desde la sexualidad,
el cuerpo como espacio simbólico de lucha, estigmatización, compromiso,
construcción y reinvención, en un Estado donde la vulnerabilidad de los
derechos y politización del género es una situación constante de conflicto, violencia
y muerte.
Dicho
esto, la propuesta actual “Desde nosotras” presentada en la galería de arte
Huaqo de Trujillo, curada por Carlos Chávez, es una selección de obras que aportan
en idea e intensión de Wendy Castro por exponer temas sensibles referidas a la
mujer en un país como el nuestro, aún patriarcal y machista. Se alude, además,
al estigma que lleva la mujer a lo largo de su vida en su condición de “sexo
débil” y dependiente y, desde ese panorama, y si bien sus trabajos corresponden
a diversos épocas y momentos creativos, admiten reconfirmar su capacidad visual
de proyectar su trabajo en situación de desplazamiento en el espacio, bajo un
contundente sentido movilizador e integrador de mensajes, reclamos y luchas.
Cada
obra o conjunto, se integra o permite establecer conexiones con las otras, de
tal manera que la temática curatorial de la propuesta, se desplaza hacia
diversos ámbitos y concreciones: la invisibilidad de las mujeres que se empatan
perfectamente con los soportes de las obras donde la paradoja generada mediante
el empleo de las mallas serigrafiadas expresan además de la delicadeza y
fragilidad del género en el contexto en que se desarrollan, el sentido de
resistencia y resiliencia demostrada a lo largo de los años; por otro lado, se
destacan la solidaridad femenina en contextos adversos como la pandemia, el
cuerpo como soporte de aprendizaje desde la violencia y sexualidad, la visión
optimista emprendida con la solidaridad familiar como núcleo de resistencia en
contextos neoliberales y globales, invasivos y brutalmente avasalladores en
medio del cual el amor filial resulta valioso, más aún cuando hay acercamientos
con el autismo y finalmente, se concluye con el énfasis puesto en reconocer la
necesidad de volver a ser niños o niñas, en los que las capacidades de mirar y
actuar, nos conducen a recuperar la espontaneidad y la libertad.
Como
he venido sosteniendo en exposiciones anteriores, grabado y género es una alianza interesante y potente por
su conectividad esencial que poseen: cuerpo matriz, carácter reproductor y
medio transmisor, son principios que hacen de esta relación un binomio
altamente explosivo y merecen mayor atención ya que entre sus producciones y
discursos, vienen instalándose puentes diversos que nos conectan con la
historia, la memoria, la condición humana y su subjetividad, la cotidianidad y
otras relaciones vinculadas a factores culturales como las económicas, sociales
y políticas. Y esto es lo que esta muestra individual de Wendy Castro logra con
la concatenación de sus exploraciones y su potente sentido de despliegue desde
la materialidad y la poética construida, lo cual es un gran aporte a la
construcción de un panorama del arte y su historia, desde el aporte femenino.
Juan
Peralta Berríos
Investigador
/ Curador