lunes, 3 de octubre de 2022

Desde nosotras



 

DISCURSOS DESDE OTRAS MATERIALIDADES

Wendy Castro es una artista que trabaja desde el silencio, sorteando retos, contratiempos y también asuntos de salud. Su día a día lo comparte entre la creación artística y la gestión cultural.

Actualmente, viene liderando la asociación Mujeres Artistas Visuales Perú y la ONG ADECUSO orientada hacia el desarrollo del arte, la gestión y la cultura en Huacho, su lugar de origen. Asimismo, mantiene su actividad docente a través del dictado de talleres de arte y capacitaciones y su labor maternal que la emprendió desde muy joven.

Se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes “Macedonio de la Torre” de la ciudad de Trujillo, lugar que le permitió convivir con artistas jóvenes quienes motivados por el espíritu y la memoria de lo que fue la Bienal en dicha ciudad y lo que promovió en su momento, asumieron un rol cuestionador del arte de su entorno llevado hacia el ámbito de la creación, experimentación y discusión. Muchos de estos o estas jóvenes participaron en las diversas versiones de la Bienal de Lima, entre los años 1997 - 2002. Esa inquietud y efervescencia logró recoger Wendy Castro en pleno proceso formativo.  

Si bien su especialización se produce en el campo de la pintura, su trabajo ha ido de forma inquietante explorando e indagando otras materialidades, lo cual le ha valido para mostrar las limitaciones de la pintura dentro de un academicismo que no ha asumido las transformaciones culturales y sociales como parte de sus procesos, por tanto, ha venido mostrando su desfase.

No estoy en contra de la pintura, pero digamos, que, bajo el panorama de la historia actual, son pocos los o las artistas que vienen llevándola hacia otros límites, sea por sus temáticas como por sus propias visiones acerca de la idea de pintura. Continuando con la labor de Wendy Castro reconocemos muchos referentes en su trabajos que van desde su naturaleza temática o material, relacionándose  con labores femeninas circunscritas al ámbito doméstico; suman, también, los procesos y la forma visual que intrínsecamente se vincula con la materia, todos estos factores se concatenan para construir un lenguaje simbólico que articula su sentido con la estrategia integradora del espacio y la interacción, consolidando su conceptualismo con cierto gesto poético, muchas veces violento y otras, contagiándonos de la quietud y la melancolía.  

Suma de aprendizajes y habilidades es lo que podemos ver en cada muestra individual de Wendy Castro, un camino iniciado a partir de su mundo doméstico tomado como espacio de reflexión y análisis para la generación de sus discursos con fuerte carga sensitiva y expresión. Recuerdo que en su primer proyecto individual titulado “Mundo de Roxi”, puso en evidencia la situación desatendida de la comunicación y las relaciones en el plano familiar y más aún, la vinculada con la niñez, consecuencia que se alude a esta posmodernidad. Cajas-memoria con elementos simbólicos y telas colgantes son partes constructivas de su reflexión.

Su posición como artista proyectada desde la línea social fue tomando fuerza y madurez en sus muestras siguientes: En “Inter/posición” inicia de manera potente su experimentación con medios diversos, obteniendo resultados visuales interesantes: fotos, textos, luces y mallas alámbricas. Elementos a través de las cuales estructuraron el tema femenino de la muestra, haciendo hincapié en la diferencia de géneros proyectada desde los discursos y estructuras patriarcales sostenidas a lo largo de nuestra historia. Temas como la religiosidad y su proyección cultural, la educación y la moralidad, las relaciones sociales y sus prácticas cotidianas, fueron parte de dichas reflexiones.

En “Umbra” es interesante la presencia de la sombra convertida en centro neurálgico de su propuesta para tratar acerca de las formas represivas en que escondemos el miedo y nuestras inseguridades, las cuales solemos hacerlas desde el camuflaje y cuyas apariencias las proyectamos en nuestras relaciones e imágenes sociales. Ya en “Praxis de una utopía”, su acercamiento al grabado se evidencia en el empleo de la serigrafía, donde la imagen en alto contraste permite ir presentando retratos de personajes de diversas culturas y regiones del país, en algunos casos valiéndose de la yuxtaposición de siluetas en mallas impresas e instaladas en cajas a modo de capas. A través de ella, su acercamiento al op art, posibilita generar una movilidad óptica y una integración que refiere al mestizaje que caracteriza a nuestro país y que es negada por muchos sectores sociales. Las imágenes sensibles e inquietas convergen con el trasfondo de la exposición, su interés de aludir a los problemas sociales, brechas raciales, conflictos económicos, desigualdad educativa, crisis moral, entre otras situaciones que conllevan a reconocer la condición frágil de nuestro Estado con respecto al ideal utópico de patria y el reto pendiente que tenemos en proyección hacia la construcción de una sociedad más justa, inclusiva, plural y descentralista.   

En la “Insoportable levedad”, el cuerpo es el eje central del proyecto artístico asumido como referencia de la fragilidad, transparencia y volatilidad. Representaciones del cuerpo femenino se instalan y desplazan en todo el espacio de la sala, de manera invasiva, incorporando categorías de tiempo, espacio y memoria. El cuerpo como silueta, sea de perfil o de forma frontal, asume su rol de signo lingüístico para expresar más allá del erotismo y sensualidad, un discurso desde la sexualidad, el cuerpo como espacio simbólico de lucha, estigmatización, compromiso, construcción y reinvención, en un Estado donde la vulnerabilidad de los derechos y politización del género es una situación constante de conflicto, violencia y muerte.

Dicho esto, la propuesta actual “Desde nosotras” presentada en la galería de arte Huaqo de Trujillo, curada por Carlos Chávez, es una selección de obras que aportan en idea e intensión de Wendy Castro por exponer temas sensibles referidas a la mujer en un país como el nuestro, aún patriarcal y machista. Se alude, además, al estigma que lleva la mujer a lo largo de su vida en su condición de “sexo débil” y dependiente y, desde ese panorama, y si bien sus trabajos corresponden a diversos épocas y momentos creativos, admiten reconfirmar su capacidad visual de proyectar su trabajo en situación de desplazamiento en el espacio, bajo un contundente sentido movilizador e integrador de mensajes, reclamos y luchas.

Cada obra o conjunto, se integra o permite establecer conexiones con las otras, de tal manera que la temática curatorial de la propuesta, se desplaza hacia diversos ámbitos y concreciones: la invisibilidad de las mujeres que se empatan perfectamente con los soportes de las obras donde la paradoja generada mediante el empleo de las mallas serigrafiadas expresan además de la delicadeza y fragilidad del género en el contexto en que se desarrollan, el sentido de resistencia y resiliencia demostrada a lo largo de los años; por otro lado, se destacan la solidaridad femenina en contextos adversos como la pandemia, el cuerpo como soporte de aprendizaje desde la violencia y sexualidad, la visión optimista emprendida con la solidaridad familiar como núcleo de resistencia en contextos neoliberales y globales, invasivos y brutalmente avasalladores en medio del cual el amor filial resulta valioso, más aún cuando hay acercamientos con el autismo y finalmente, se concluye con el énfasis puesto en reconocer la necesidad de volver a ser niños o niñas, en los que las capacidades de mirar y actuar, nos conducen a recuperar la espontaneidad y la libertad.  

Como he venido sosteniendo en exposiciones anteriores, grabado y género es una alianza interesante y potente por su conectividad esencial que poseen: cuerpo matriz, carácter reproductor y medio transmisor, son principios que hacen de esta relación un binomio altamente explosivo y merecen mayor atención ya que entre sus producciones y discursos, vienen instalándose puentes diversos que nos conectan con la historia, la memoria, la condición humana y su subjetividad, la cotidianidad y otras relaciones vinculadas a factores culturales como las económicas, sociales y políticas. Y esto es lo que esta muestra individual de Wendy Castro logra con la concatenación de sus exploraciones y su potente sentido de despliegue desde la materialidad y la poética construida, lo cual es un gran aporte a la construcción de un panorama del arte y su historia, desde el aporte femenino.

 

Juan Peralta Berríos

Investigador / Curador

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